LA HISTORIA DE FABRIZIO TESTONE
"Los Testone habían llegado a Ferrara hacía varias décadas. El abuelo Testone quería montar su propio negocio de alfarería, oficio que había aprendido durante años como oficial en un taller de Pavona. En aquella época Ferrarae contaba con un notable crecimiento de su población debido a las victoriosas campañas del anterior duque, Patrizio d´Estrese. Los Testone nunca habían sido una saga demasiado alumbrada. Tenían fama de ser cortos de miras, anchos de espaldas y prominentes de barriga. Amantes de la buena mesa, en la que no debía faltar el mejor vino posible. Cuando Gianni, el primogénito del alfarero Testone, cumplió diecisiete años se casó con Eleonora Passi, la única moza que cumplía las medidas adecuadas al canon de belleza de los Testone, que Gianni le pareció podría ser una buena esposa. Fue entonces cuando los Testone consiguieron entrar a formar parte de los libros de historia que hablaban de Ferrarae. El primer hijo del feliz matrimonio Gianni-Eleonora, Fabrizio, pesó al nacer 20 libras. Un récord que nadie pudo superar en varios siglos en todo el norte de Tilea. No obstante Gianni Testone tuvo que aprender a asimilar que ese sería el mérito más loable de su hijo. El muchacho se mostró tan duro de mollera como su apellido parecía indicar. No había una sola idea buena o inteligente capaz de penetrarle en la sesera. Poco a poco, la fama de lo que pesó al nacer fue superada por su fama de estúpido gordo borracho del pueblo. El matrimonio Testone lo habían dejado por imposible. Afortunadamente para ellos, su hijo pequeño, Domenico, había mostrado mejores cualidades, que sin ser una lumbrera, permitirían que el negocio familiar continuara en buenas manos.
Para Fabrizio Testone la vida era la suma de aburridos momentos que había que vencer en base a tres pilares fundamentales: 1º: Alcohol y comida, 2º: mujeres (aunque hubiera que pagarles) y 3º: peleas. Cuando vio los carteles anunciando que el duque había permitido una pelea por equipos para los festejos reales agradeció a su abuelo haber venido a parar a Ferrarae, que hasta entonces le parecía soberanamente aburrido. Emocionado con la idea, horas antes del evento se fue a la Taberna del Ahorcado a remojarlo con buena cerveza. Cuando fue la hora, bien alegre y más borracho de lo normal consiguió llegar a trompicones al lugar donde se disputaría la pelea. Sus ojos dieron gracias por aquel espectáculo y deseaba que no terminara jamás. La emoción y el alcohol empezaron a arderle en el cuerpo y comenzó a quitarse la ropa. Entonces oyó que alguien dijo: <<¡
Eh, se escapa con la vejiga de cerdo! Ahora se va a acabar...>> Fabrizio Testone localizó al tipo que pretendía terminar con el espectáculo y se fue directo a por él para pedirle 'amablemente' que no se acabara aquel maravilloso torneo de tortas y mamporros.
Al día siguiente, Fabrizio Testone se despertó en su celda preferida del calabozo del castillo ducal. Un calabozo que se conocía como la palma de su mano. Sin embargo, aquella vez salió bastante antes de lo habitual. Extrañamente, un prohombre de la ciudad había intercedido por él. Decía que se llamaba: Fiorenzo di Pietro".
Edito con dos frikadas que me he dedicado a hacer: Posibles cascos de los Aquile Ferrarae:
en blanco...
...y en rojo.
"- Sois unos patanes y eso no puedo cambiarlo. Pero puedo convertiros en unos patanes llenos de furia y rabia. Es más el equipo debería llamarse los 'Patanes Rabiosos'.
(Rafalle Di Benedetto, entrenador de los Patanes Rabiosos).