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Un exentrenador de blood bowl skaven, venido a menos por unos problemas con el Vidente Gris de turno, se encontraba en las Junglas de Lustria portando una gran amerratadora, en una silenciosa incursión a un templo perdido de “yo qué sé yo” para robar un artefacto mágico que les haría ganar partidos de Blood Bowl con facilidad pasmosa. O eso se decía.
Como buen skaven problemático iba en la cabeza de una fila de hombres rata con extrañas y singulares armas e invenciones variadas.
Se paró un momento y la gran fila se paró tras él. Miró con prepotencia hacia atrás viendo a todo el grueso del grupo que se encontraba cansado y fatigado de tanto y tanto andar. El calor y la humedad generaban un bochorno abrumador.
Sacó de su zurrón una refrescante y burbujeante Skaven Up, de color transparente y tono verdoso que con total seguridad refrescaría su seco gaznate ante la intensa humedad del lugar. Los skavens más cercanos lo miraron con envidia mientras él bebía. El liquido refrescaba su peludo cuerpo. Dejó la botella en el suelo mientras observaba la jungla poblada de árboles y flora tropical.
Un eslizón pasó corriendo al lado del exentrenador y con una rápida mirada comprobó que le había robado la Skaven Up.
Quitó la funda que protegía a su amerratadora.
-Es hora de sacar a la impaciente.
Furioso grito: -No te llevaras mi
SKAVEN UP!!!
Y cogió con fuerza su amerratadora y empezó a disparar en la dirección por donde segundos antes estaba el eslizón y ahora había desaparecido.
-Contacto! Hijoooooooo de lagartaaaaaaaaa!!!!!!
Chillaba enloquecido mientras las balas de metal surcaban el aire y partían troncos y destrozaban la vegetación.
Ante aquella visión sus compañeros empezaron a disparar en la misma dirección. Otras amerratadoras se pusieron a disparar con determinación. Algunos mosquetes jezzail se postraron a su lado y dispararon bala a bala haciendo que arboles cayesen. Cañones lanzallamas lanzaron sus bolas de fuego verde e impactaron más allá en toda la vegetación quemando todo lo que alcanzaban. Incluso algún ingeniero brujo disparaba su pistola de disformidad o lanzaba rayos con su báculo.
Todo era caos. Todo era ruido. Ensordecedor. Disparos por todos lados. Gritos y furia skaven.
Hasta que llegó el Vidente Gris que comandaba la expedición y pidió que se detuviesen.
Poco a poco fueron menguando en sus disparos hasta que solo se quedó el exentrenador disparando y poco después con la amerratadora girando sin parar aun cuando sus balas ya se habían acabado.
Todos miraron la autentica desolación, una planicie donde antes había una vasta y alta vegetación tropical.
-Que ha pasado? -Preguntó atónito el Vidente Gris.
-Se han llevado mi Skaven Up -dijo el exentrenador. Y miró a sus pies.
Al lado de una de sus pezuñas se encontraba el bote de Skaven Up. No se habia dado cuenta que todavia seguia allí. La cogió rapidamente y bebió con total tranquilidad mientras el resto del pequeño ejercito lo miraban sorprendidos y cabreados.
-La mejor bebida… mi
SKAVEN UP – y miró al Vidente Gris.