PUBLICIDAD
Un snotling llamado Mokozeco, llega al estadio de Blood Bowl donde está entrenando el equipo malvado del ALL STAR de la
OLD WORLD CUP. Allí se encuentran elfas brujas asesinas, enanos del caos mezquinos, alimañas skaven maliciosas, tumularios sombríos, hombres lobo sanguinarios, guerreros del caos salvajes, orcos negros brutales, momias de khemri crueles, e incluso una furiosa rata ogro, un espabilado troll, un bestial minotauro y un ogro hambriento.
Mokozeco entró por la puerta y observó desde la banda a aquellos grandes jugadores preparando el partido, golpeando a unos humanos que les habían dejado de sparring para entrenarse, a los cuales trinchaban, aniquilaban y arrasaban a cada jugada que intentaban.
Dio varios pasos sin entrar en el campo, e hizo un movimiento escurridizo y se echó a un lado evitando a un enano del caos, que pasaba por allí, y le iba a golpear por puro placer.
El resto del equipo malvado se carcajeó del enano cuando vieron lo que le hizo el snotling, y no le valió de nada ser un especialista en el Placaje Defensivo.
LOBERAS, el entrenador encargado del equipo malvado se acercó y presentó al snotling:
-Es el representante del equipo los Verdugos de Peñasco Negro.
Y todos miraron al snotling mientras este sacaba una seta opiácea de color rojo, con motas blancas, y le pegó un pequeño bocado a modo de tentempié.
Todos los maliciosos se miraron entre ellos y miraron al pequeño piel verde.
Le señalaron mientras se reían y mofaban, mientras se desternillaban y se morían de risa.
Cuando todos se callaron el snotling miró a Loberas, y este asintió con la cabeza mientras sacaba una lata de bebida refrescante y se la lanzó a Mokozeco.
Este la cogió sin atrapar y abrió la chapa produciendo un sonido burbujeante en su interior.
Se lo echó a la boca y el espumoso y pastoso liquido rojizo entró en su gaznate y roció su boca, cuerpo y cabeza cuando terminó por vaciarla por encima suya. Soltó la lata ya vacía sobre el cuidado césped.
Entonces dio dos pasos y propinó una sonora patada en los mismísimos al enano del caos, pasó armadura y le salvó su impertérrita cabeza dura dejándolo tumbado bocabajo sobre el terreno de juego.
Saltó sobre él y fue hasta una alimaña, le hizo un sencillo piquete de ojos dejándolo aturdido en el momento.
Pasó entre la elfa bruja sin que esta pudiese placarlo, por el lado de un hombre lobo que aulló cuando le pisó uno de sus desnudos pies, y llegó hasta el minotauro, que encabritado se abalanzó sobre el snotling.
Esquivó varias veces sin problema hasta que el gran tauro, ya sin resuello, se quedó parado, momento en el que Mokozeco aprovechó para propinarle una sonora bocetada que se quedó como regalo y tarjeta de visita.
Todos se quedaron asombrados de lo que hizo, e incluso se escuchó algún “oh” seguido de algún apagado aplauso.
Loberas cogió la lata del suelo y sonrió:
-
RED BLOOD te da Agallas!!!
