Hola amigachos.
Tengo en mi poder una segunda copita NAF secuestrada. Decidle a Lycos que si no la quiere ver fundida que publique lo que costó el Mundial de 2011
No echábais de menos los tochoposts comentando los torneos? Pues ahí va!!!
BILBALI CUP X, o de cómo Pakulkein llevó el Anillo de Poder al Monte del Destino.
Ésta es la historia de Pakulkein, un (ya no) joven pratense que se vió involucrado en una gran epopeya y alguna que otra taja...
En un agujero bebía un pratense. No era un agujero confortable, ni mucho menos. Los pratenses solían preferir adentrarse en los más sórdidos bares con la esperanza de encontrar las copas más baratas. Éste pratense, era en particular de corta estatura, pies anchos y peludos, y gustaba de almorzar dos veces y merendar pizza del Domino's.
Un buen día, apareció por el bar de quintos el misterioso Murley el Gris, que informó al pequeño pratense de que la Bilbali X se acercaba
"diez años han pasado ya, Murley? No fumas demasiado y se te va la olla?" Preguntó el pequeño pratense.
"Un NAF TO no fuma demasiado, ni demasiado poco, fuma lo justo para ir fumado". Aunque no son muy dados los pratenses a competir (exceptuando a Aquel que no Debe ser Nombrado y Mucho Menos Llamado Padilla, que todos saben que era un pratense contra natura que jugaba mucho y bebía poco) Pakulkein contaba con muchos amigos entre el belicoso pueblo de los orcos de Mordor. Él hubiera preferido alternar con los elfos (sobretodo con las elfas) pero como se suele decir, uno no escoge a sus amistades.
Por ese motivo, Pakulkein tomó su petate y partió hacia el Monte del Destino.
"La Vieja Guardia no Concede" rezaba el lema del torneo. Todo parecía estar predestinado, ya que nuestro héroe tenía que soportar desde largo tiempo atrás los improperios de los hombres:
"Pakulken, ya no nos despiertas de madrugada",
"Pakulken, qué haces que te has casado", "Pakulken, tu aliento ya no huele a perro muerto remojado con gasolina". Demasiadas veces se había dudado de la vieja guardia, pues.
El viaje fue largo, ya que como en toda buena epopeya el protagonista dio unos cuantos rodeos para asistir a sendas fiestas por Teruel y sus borrachuzos enanos, Benicássim y los Rohipsterim entre otros lugares en los que, si bien no aprendió de Bloodbowl, sí se castigó el hígado como todo buen jugador debería hacer.
La llegada a Bilbao fue tranquila. Sin embargo, por primera vez en muchos torneos los participantes se reunieron como mandaban las tradiciones ancestrales: alrededor de la barra de un bar. Mientras se degustaban los caldos de la tierra se formó el grupo de alegres compañeros de Pakulkein: Leyron, Marujil, Josepe y Tactel formaron la Comunidad Santakoak, y procedieron a continuar su periplo por verbenas y bares de baja catadura.
Muchos peligros acechaban en la noche, pero Marujil procedió a presentarle su morro a todos ellos. Aquí EL ANILLO ejerció su poder por primera vez. Espantando a las black orks que pretendían devorar nuestros apetitosos cimbreles mientras Marujil flexionaba sus oxidados músculos de dandy. Ya bien de mañana llegaron los héroes a la fonda, y velaron las armas como en otras grandes batallas, con un sueño de minutos y no de horas.
El torneo comenzó contra Laztur y orcos, el caramelito envenenado. Latzur era un orco inexperto, que no manejaba bien las armas de su equipo, y al cual fue fácil embaucar.
La segunda ronda deparó a los No-Muertos de Ibram. Un auténtico y gigantesco Uruk-Hai. Sin embargo, como bien sabéis todos, el goblincillo Pakulken no se amedrenta ante nadie y con sus artes de pratense procedió a aplicarle todo el catálogo de improperios, tretas, jugarretas y taladro que es menester. Gracias a una cuasi mítica DESBARAJUSTER el partido y la segunda victoria llegaron de forma épica. Algunos dicen que el anillo que Pakulken portaba brilló durante un segundo, y unas palabras se atisbaron en su superficie...
La tercera ronda supuso la sorpresa. Entre enanos, momias y orcos surgió una melena dorada como el Sol. Ataviado con sus ropajes de gala, Yeti, señor de los elfos silvanos y Txapeldun emérito acudió al combate. El partido prometía, en la primera parte gracias al poco acierto en los saltos y a la valentía de nuestro héroe se hizo un pasillo para que los oscuros pudieran avanzar sin dilación. Como era de esperar en tan regio rival, Yeti no se rindió, y marcó rápido para forzar la remontada. Sin embargo, la suerte estuvo de parte del héroe como siempre suele estar y anotó el 2-1. Ayudó también mucho que Yeti se estoñara en las dos semiones
Para la cuarta ronda, el exhausto Pakulkein tuvo la más dura prueba. Calvofai con enanos (6x Guard). Tras sufrir como una perra para pararle el ataque, vio con estupor al infame catcher Matatrolls anotar. Tras empatar rápido y proclamar valientemente a los cuatro vientos que ROBAREMOS EL BALÓN, Kukulkán dió (a Fai le dió, por saco) y con la bruja de Wrestle y sólo líneas se dio la magia.
Ya de noche, era el momento de reponer fuerzas y en la taberna nos trataron bien. El pobre Pakulkein, que ya no era ni joven ni tan osado, se retiró a descansar bajo las burlas y los malos presagios de los envidiosos parroquianos.
A la mañana siguiente fue el turno de Noe. Rival veleidosa que no cabía subestimar, cayó finalmente en la trampa y de nuevo las enseñanzas de Juster surtieron efecto en el golpe de mano. Parecía mentira, pero el humilde, borrachuzo, irreverente y poco recomendable Pakulkein se jugaría la final. El anillo volvía a brillar con fuerza, y la inscripción "Jódete y toma Juster en los morros" apareció (esta vez si) clara en el anillo.
Pero... Oh! Desgracia! O mal rayo! Calvofai había resurgido de las cenizas y quería venganza. No perdonaría la osadía de Pakulkan y sus enanos estaban en el estadio listos para tomarse vendetta. Por última vez, los elfos saltaron al campo, bregaron y cayeron, esprintaron y esquivaron en la última batalla de la Bilbali X. Calvofai veía su mojo bloqueado por el Anillo de Poder, y Pakulkan estaleaba como una perra vieja mientras gritaba
"La Vieja Guardia no concede"!!!!!
Finalmente, a punto de lograr la gesta, el Anillo de Poder debía ser destruido en los fuegos del monte del Destino. El Anillo era demasiado poderoso pues había logrado que incluso Pakulkan ganara un torneo. Los compañeros de viaje de Pakulkan le gritaban que lo tirara a la lava, pero Pakulken ahora tenía una copita NAF y quería más.
Pakulken subió al Monte del Destino, derrotó a orcos, elfos y enanos.
Su causa era justa y el amor guiaba sus dados.
Pero finalmente, durante unos segundos Pakulkan desapareción y sólo quedó el infame Sprintgol aferrado al anillo.
"Guardllum!! Guardllum!!!" tosía el que antaño fue Pakulken.
"Nunca más pondremos Aplastar, mi tesoro" hablaba para sí mismo mirando la copita que había entre sus dedos engarfiados... Nadie se dio cuenta de ello, pero una nueva era había de sobrevenir. Una era oscura de partidas al X-Wing en vez de cubatas, de partidos corteses, de gritos sofocados.
El Anillo era demasiado poderoso!! No podía ser destruido y además costaba una pasta y estaba grabado.
Y así terminó la triste historia de Pakulkein en la Bilbali Cup X, convertido en la sombra proplayer del alegre duendecillo que una vez fue.